STERM – DENUNCIAMOS LA PLANIFICACIÓN EDUCATIVA BASADA EN LA SEGREGACIÓN

Mucho se dijo sobre la segregación en la mesa que trató el tema, en las IX Jornadas Una Educación para el Siglo XXI. Fina Antón y Fulgencio Sánchez, de la UMU y la ULL, hablaron de “sostenibilidad social y segregación escolar en la Región de Murcia”. Las conclusiones fueron palmarias: el sistema educativo regional tiene como máximo principio de planificación la segregación. Étnica y de clase. Se define ésta como concentración en un mismo centro de muchas personas con las mismas características, en cuanto a situación socioeconómica, origen, etnia o cultura, o nivel académico, ya que este último está conectado con las otras variables. Si esa concentración supera el 50% se considera un gueto.

Sin embargo, para la sociedad los mejores centros no son los altamente segregados. Son los que defienden la equidad como estrategia planificadora, tal y como exige la ley. Educan mejor. El objetivo de la planificación de la red de centros, según la ley, debe obedecer a la cohesión social y la heterogeneidad como oportunidades educativas. La relación entre los distintos agentes educativos debe ser correlativa, cooperante, y se deben garantizar la equidad, la calidad y la coeducación.

Pero la planificación educativa en la Región de Murcia es una pesadilla social basada en el racismo y el clasismo. Se segrega por sexos en los centros Nelva y Monteagudo, y en general por origen, ya que el 87% de alumnado extranjero está en la pública. Recordemos que el alumnado nacido aquí, pero de origen migrante, no computa como extranjero. Vienen en un 52% de Marruecos, 12% Ecuador, 5% Bolivia o 4% Rumanía. Un panorama bajo el cual la financiación desmedida a los centros privados solo hace aumentar la segregación en la red pública, creando guetos: nueve municipios de la Región tienen más de un 20% de alumnado extranjero, especialmente en la zona del Guadalentín y el Campo de Cartagena, con familias provenientes de Marruecos y Ecuador.

Toda la ingeniería social aberrante que sufrimos forma parte de un proyecto para seguir gobernando la Región mediante una “oferta electoral” basada en la supremacía de unas pocas familias sobre la mayoría, y en la provisión de mano de obra despojada, sin poder y precarizada, que sirva para engordar las ganancias de unos pocos a costa de los demás. Estamos en una Región donde el fracaso escolar ha vuelto a batir récords. La segregación escolar es la piedra de toque, pues una escuela que integra y cohesiona crea también equidad social y económica.

La Administración apuesta por subvencionar la privada en detrimento de la pública. Un modelo que a través de cuotas y gastos aleja a las clases más populares. Estas familias solo pueden ir andando o en transporte escolar, que segrega al alumnado, del campo a un centro concreto. La inversión en la pública es cada vez menor. La falta de comedores o aulas matinales lleva a algunas familias que necesitan conciliar a buscar centros que sí tengan. Los privados concertados pueden tener ideario. ¿Deberíamos financiar centros con idearios excluyentes, religiosos, económicos o culturales? La ingeniería social excluyente, con sus procesos de escolarización, zonificación, baremación, reserva de plazas, funciona para que los centros privados concertados perpetúen la reproducción social; también se completan las ratios a principios de curso para evitar la incorporación tardía. El distrito único se vende como libertad de elección, pero solo son libres unas pocas familias.

Abrimos con este comunicado una serie de “piezas”, que nuestro sindicato irá ofreciendo a la comunidad para pensar y combatir las distintas dimensiones que los procesos de segregación escolar adoptan, y que ensombrecen el futuro de nuestra región. STERM no calla.

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