SIN ACUERDO SOBRE RECURSOS HUMANOS EN LA MESA SECTORIAL DE EDUCACIÓN
STERM no firma la Orden de Recursos Humanos ante la negativa de la Consejería a revertir recortes estratégicos, como la reducción para mayores de 55 sin merma salarial o los 255 días trabajados para el cobro de veranos del personal interino.
Tampoco se firma el Plan de Igualdad de la Consejería, dado que se bloquea toda inversión e incluso se niega la hora de reducción para las personas encargadas de su coordinación en los centros.
Un año más se confirma que la política de recursos humanos de la Consejería sigue bajo el signo “austericida” de los recortes de personal. Más allá de los cupos de contratación obligados por la reducción de jornada a 35 horas semanales, obra del gobierno estatal, no hay absolutamente ninguna voluntad de reforzar el servicio público, porque ante todo no se quiere que compita con el sector educativo privado.
Por eso la Consejería bloquea cualquier cambio de rumbo de calado relativo a la dotación de personal docente. Todo al mínimo, nada de su parte. A pesar de la buena situación económica del país, de que ha pasado mucho tiempo desde la crisis del 2008, de que los escenarios económicos se han ido sucediendo y las políticas han cambiado, y de que en muchas comunidades se han mejorado los servicios públicos después de la pandemia, aquí la educación pública sigue siendo un objetivo a desmantelar. La consigna en la Región de Murcia es personal docente al mínimo.
Necesitamos que los mayores de 55 años puedan dedicar dos horas a la semana a otras tareas distintas de las lectivas, sin por ello cobrar menos. Se niegan, y se niegan también a que se aplique de forma escalonada. Si hubiesen aceptado reducir primero una hora, para aplicarlo solo al personal mayor de 55 que este curso ya lo ha solicitado el coste no habría sido superior a 150.000 euros. De un presupuesto como el de educación de más de 1.500 millones de euros.
Además, es inaceptable seguir robándole los sueldos de los meses el verano a una multitud de trabajadoras y trabajadores interinos con la regla abusiva de los 255 días, e incomprensible que se siga manteniendo la obligatoriedad de los actos de adjudicación todo el año. No aceptan aumentar las horas de coordinación para las maestras de aulas de dos años. La orientación y el trabajo educativo necesitan refuerzos drásticos, tiene que haber un cambio de paradigma en cuanto a la dimensión y funciones de los Departamentos y Equipos de Orientación Y Psicopedagogía. Pero no va a haber nada.
Tampoco se habilita la reducción de una hora lectiva para las personas encargadas de coordinar los planes de igualdad de los centros, en una región en la que las cifras de violencia de género son directamente espantosas. Previamente han ninguneado la negociación del Plan de Igualdad de la Consejería, bloqueando toda inversión, a causa de lo cuál STERM tampoco ha firmado el plan. Es el resultado de gobernar con la extrema derecha. No va a haber ningún esfuerzo por ordenar mejor el tiempo de trabajo, ni por facilitar la conciliación y la corresponsabilidad, ni por cerrar brechas salariales. Rechazan además que en la constitución de tribunales no puedan ser tribunales ambos progenitores de manera forzosa.
Ninguna mejora de la movilidad laboral del personal docente, si no es a través de comisiones de servicio docentes vergonzosamente opacas. Las necesidades de movilidad de carácter humanitario quedan arrinconadas. Nulo interés por regular el teletrabajo, con lo urgente que es habilitar los claustros y las sesiones de evaluación en modo telemático. Ni siquiera aceptan incluir en la orden el ajuste de lectivas que les corresponde a los equipos directivos después de la reducción a 35 horas de la jornada semanal, a pesar de la manifiesta sobrecarga laboral y burocrática que tienen encima. Tampoco se les reducen a los equipos de orientación.
Lamentamos que Víctor Marín, que se perfilaba como consejero “capaz de alcanzar consensos”, haya sido incapaz de negociar un acuerdo con los sindicatos, a pesar de que todas las organizaciones habíamos consensuado una batería de medidas “mínimas” asumibles para la Consejería. Después de las elecciones su talante no parece ser el de consensuar nada.
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