El sindicato exige a todos los países presentes en esta cumbre que no le den la espalda al planeta ni al futuro.
Se acerca el final de 2023 y es el momento elegido para que representantes de casi 200 países se den cita has el 12 de diciembre en Dubái, capital de los Emiratos Árabes Unidos –uno de los diez mayores productores de petróleo del planeta y de los que menos respetan los Derechos Humanos y que parece que pretendía firmar acuerdos secretos con otros países para la venta de su crudo– en la 28ª Cumbre del Clima de la ONU, más conocida como COP28, un evento que siempre decepciona, pero que su mera existencia supone siempre un hálito de esperanza, y así lo entendemos en la Federación de Enseñanza de CCOO (FECCOO). Esta cumbre, además, tiene lugar en un momento muy convulso a nivel geopolítico, con dos conflictos abiertos de gran relevancia y repercusión (la guerra de Ucrania y el genocidio del pueblo palestino a manos de Israel), el enfrentamiento siempre latente en el mar de China Meridional y la pugna de EE. UU. contra China para frenar su inevitable pérdida de hegemonía y el desarrollo de un nuevo mundo multipolar.
Esta cumbre llega justo en el que va a ser el año más cálido en la historia de la humanidad desde que existen registros. Y, una vez más, a pesar de los avisos que nos está dando el planeta a base de olas de calor, huracanes, tornados, derechos y tifones, sequías pertinaces, las DANA y toda una serie de eventos meteorológicos extremos, la Humanidad ha seguido aumentando las emisiones globales de CO2; y, lo que es peor, que muchos gobiernos siguen aprobando planes que suponen un aumento en la producción de combustibles fósiles, lo cual supone que el rumbo que siguen la mayoría de gobiernos del planeta es totalmente contrario a lo que se necesita.