El sindicato exige a las administraciones públicas mantener los centros educativos abiertos durante el verano. Es fundamental que el derecho a la educación, la cultura, el ocio educativo y creativo y una alimentación sana y digna se mantenga para los y las menores vulnerables en julio y agosto.
España sigue teniendo un porcentaje de pobreza infantil inadmisible. Algo más de un 29% de nuestras niñas y niños siguen estando en riesgo de pobreza o exclusión social, y casi un 7% sufre carencia material severa. Son hijas e hijos de familias vulnerables con grandes dificultades para llegar a fin de mes: población inmigrante, refugiadas, familias con personas dependientes, colectivos de trabajadores cuyos salarios les condenan a una situación de pobreza, familias monoparentales, etc.
Los y las menores de estas familias sufren con especial rigor el verano por la oferta insuficiente de actividades educativas, culturales y de ocio, y por el cierre de comedores que durante el curso escolar les permite una comida digna al día.
CCOO exige a las administraciones central, autonómicas y locales la planificación necesaria con medidas integrales e inversión suficiente para las actividades socioeducativas que garanticen la equidad de niños y niñas con menos recursos –preservando los derechos de la infancia– también durante los meses de junio, julio y agosto, que aseguren una alimentación adecuada, un ocio cultural y educativo digno y saludable, y un refuerzo educativo, en muchos casos, imprescindible para el inicio del nuevo curso. Para esto es necesaria la contratación de personal especializado que cubra las actividades estivales, así como adoptar las iniciativas imprescindibles para garantizar las políticas de igualdad social y la protección de los y las menores.
Estas medidas deben ser estables en el tiempo, activándose cada año entre junio y agosto, reforzándose y ampliando su alcance también durante el curso escolar.